Blog de Josep Maria Blasco


Reiki y yuki


Publicado el 19 de febrero de 2017.
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Hola Miguel,

Tu pregunta [Si damos validez al estudio, y los resultados con Reiki aplicado por una persona con «entrenamiento» (p=0051) son similares a los del «Reiki de pega» (p=005), ¿que aporta el entrenamiento a su practica?] da en el clavo. Por eso decía que la actitud correcta hubiese sido explorar con más detenimiento cual era «el ritual».

Sobre Reiki no sé suficiente; sólo he hecho un curso introductorio de unas 12 horas, y lo he recibido, pero mezclado con shiatsu, acupuntura, digitopuntura y masaje «clásico», o sea que no considero que tenga suficientes conocimientos para contestarte.

Lo que sigue tampoco tendría que ser tomado como una serie de proposiciones apodícticas, sino como un rumiar analógico (de analogía: quizá en este foro la precisión sea recomendable).

Practico Yuki desde los 20 años (tengo 56). El Yuki es, hasta donde estoy informado, el pariente más cercano del Reiki; la diferencia es que en el Reiki hay toda una serie de teorías sobre que el que «lo hace» (entrecomillo el término por lo que se verá después) debe conectarse a la fuente universal de la energía y ser así un canal que canaliza dicha energía hacie el que «recibe» (si no recuerdo mal lo que nos contaron en el curso), mientras que el Yuki, de la escuela japonesa del Seitai, fundada por Haruchika Noguchi, no hay teoría alguna (al menos, para los principiantes).

Voy a describir primero la práctica para pasar después a ocuparme de la cuestión que planteas.

El Yuki puede practicarse de muchísimas maneras, pero hay, por decir así, posturas «de principiante» para empezar a practicarlo. Se puede practicar entre dos personas o más. Me centraré en el caso de dos personas.

Me salto los ejercicios preparatorios, que son muy sencillos y pueden obviarse, y están dirigidos a calmar la respiración y sensibilizar las manos, para no hacer demasiado larga mi respuesta.

El que «recibe» se tumba en el suelo, boca abajo (también es posible hacerlo boca arriba). El que «lo hace» deja que las manos vayan donde quieran, sobre la columna vertebral del que «recibe».

Con «que las manos vayan donde quieran» se quiere indicar que no hay que tener muchas ideas sobre el asunto (no querer curar, no querer saber dónde tienen que ir, dejar de lado otros conocimientos previos, etc).

Las manos no tienen que palpar, ni sobar, ni hacer masaje. Hay muchas descripciones (japonesas) sobre cómo tienen que estar. Por ejemplo, «como si una fina hoja de papel estuviese entre las manos y la espalda sin arrugarse». Todo esto hay que hacerlo sin ponerse tenso, sin temblar, sin que se te llene la cabeza de representaciones obsesivas («este culo tan interesante de esta señorita, ¿es parte de la columna, o no? A fin de cuentas los ingleses se refieren a esa parte del cuerpo como “el lugar donde la espalda pierde su honesto nombre”»), etcétera.

A continuación, «se respira por las manos». Es una metáfora, claro. Pero es útil para pillar la actitud adecuada. No hace falta volverse completamente loco y pensar que las manos respiran, como es obvio.

¿Qué más se hace? Absolutamente nada.

«Ki grato», quiere decir Yuki. Energía grata. Sí, ya sé, no es ninguna energía en el sentido de la ciencia. Pero si se abandona uno a la experiencia, realmente puede ser muy grato.

Uno puede, por ejemplo, adquirir una conciencia especial de la zona que está siendo tocada (es lógico, con la estimulación que recibe). La actitud de no hacer nada (Wu wei) permite que las cosas se vayan percibiendo como en un segundo plano, sin desearlo uno. Un pariente de la vieja idea occidental de «contemplación»; nada religioso, por cierto, sino algo más bien cercano a la idea de contemplar una idea, o un cuadro. Entrar a la percepción desde la pasividad. No querer sentir, sino simplemente sentir.

Incidentalmente, si a alguien le parece irracional lo que estoy diciendo ahora es que no tiene ni idea de arte.

En esta percepción pasiva se produce un flujo continuo de sensaciones, ideaciones, etcétera, o una ausencia de ellas. Todo está bien (es decir, no hay que alcanzar ningún «estado»).

Cuando uno lo practica se relaja, se vincula con el otro (con cada persona es completamente distinto, claro está; hay «parejas de yuki» con las que te pasa de todo y otras que, pues psé, no vale mucho la pena; con las conversaciones pasa exactamente lo mismo; pero ese tipo de conexión, que algunos llaman «energética», no tiene mucho que ver con que converses bien con esa persona o no); en general sale respirando mejor y de una manera más amplia; quizá ha adquirido, sin buscarlo, algún conocimiento sobre una zona de su cuerpo que está dolorida o tensa, y puede así procurarse los correspondientes cuidados; etcétera.

¿Por qué cuento todo esto?

Porque, contado así, el Yuki es muy Zen. En el sentido de «siéntate y lo verás por ti mismo». No tiene teoría (a este nivel; para los que se dedican a ello profesionalmente, claro que la tiene).

Puede practicarlo cualquiera. De hecho, lo practica cualquiera. No hay que saber nada, no hay que hacer nada.

Ni siquiera hay uno que «hace» y otro que «recibe». No se sabe bien quién quedará más alterado, o si lo quedarán los dos, o de qué manera.

Ahora, volviendo a lo que planteas (e insisto en que esto no es más que una especulación mía, pues desconozco casi todo sobre el Reiki):

  • Si los que hacen Reiki «de verdad» hiciesen algo observable distinto de lo que hacen los que hacen el Reiki «de pega», el experimento estaría mal planteado.
  • Similarmente, si los que hacen Reiki «de pega» hiciesen algo observable distinto de lo que hacen los que hacen Reiki «de verdad», el estudio quedaría invalidado.

Por tanto, los que hacen Reiki «de pega» deben de haber recibido una instrucción, aunque sea muy básica, sobre cómo tienen que comportarse.

Y a los que hacen Reiki «de verdad» se les habrá pedido que moderen sus manejos técnicos para que su conducta sea asimilable a los «de pega».

Desde un punto de vista sanamente materialista, debemos colegir entonces (como tu señalas, claro está, siempre que le demos validez al estudio), que los que hacen Reiki «de pega» y los que hacen Reiki «de verdad» hacen exactamente lo mismo. Quizá piensen cosas distintas, pero hacen lo mismo.

Lo que el estudio demostraría entonces es que eso que hacen mejora a los pacientes (su «well-being»). Eso es lo que habría que investigar, no si es verdad o no que se canaliza energía universal, que, en todo caso, y mientras no se demuestre lo contrario, no se sabe bien qué quiere decir.

Si cambiamos «Reiki» por «Yuki», es más que evidente. Por eso yo me inclino más por el Yuki que por el Reiki (aunque no tengo ningún problema en recibirlo): porque no me obliga a creer en absolutamente nada.

Josep Maria


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